El gatillo lo apretamos todxs

25.06.2020
Ilustrador digital: Nicolás Mederos | Obra original: Pawel Kuczynski
Ilustrador digital: Nicolás Mederos | Obra original: Pawel Kuczynski

El fin no justifica los medios. Hasta que si...

Hasta que nuestro interés se ve involucrado directamente.


Porque cuando de seguridad se trata, estamos dispuestxs a pagar el precio que sea necesario. Aún si eso implica celebrar ejecuciones.


Adjudicar el disparo a un hecho de responsabilidad exclusivamente individual sería caer nuevamente en un simplismo irresponsable. El oficial hizo su trabajo. Su trabajo es pagar el precio que sea necesario para hacer que la sociedad se sienta 'segura'.
"Presentó una herida de bala en el tórax". Los cuatro disparos fueron a matar.
El pibe solo tuvo 'suerte'. Solo eso.


Cuando de 'seguridad' se trata, no importan los 14 años, ni el contexto, ni el trasfondo, ni el trayecto, ni los sueños, ni la familia, ni las razones, ni las oportunidades.


Importa solo una cosa : acabar con el delito. Y recuperar perfumes.
Medio en broma y medio en serio, el discurso de "hay que matarlos a todos" se materializa en el accionar policial ante estas situaciones. Y esto está legitimado por nosotrxs, porque si hay algo más terrible que apretar el gatillo, es la repercusión positiva que eso genera.

Si el pibe de 14 años hubiese sido fulminado, habría un gran porcentaje que aplaudiría. Sí. Aplaudiría.


Aplaudiría porque 'se lo merecía', porque 'sabía lo que hacía y donde se metía', porque 'si te hubiera matado a un familiar, vos también aplaudirías'.

Se aplaude porque la seguridad y el convivir en paz tienen un precio que se promueve pagar : limpiar a quienes atentan contra esto.

A cuantos sea y como sea.

Si el pibe de 14 años hubiese muerto, la alarma social hubiese sido nula o con mucha suerte, duraría un par de días. No se baleó a un adolescente. Se baleó a un delincuente y eso es lo que importa. Los 14 años quedan en un segundo plano, y por eso, el fin sí justifica los medios.

Y quienes lo justifican somos nosotrxs.

El gatillo lo apretamos todxs...


Porque hasta que no cambiemos nuestras concepciones de seguridad, delito y criminalidad, seguiremos cayendo en un simplismo que legitima y aplaude disparos que 'limpian' y 'solucionan' la realidad.

El disparo al tórax de un pibe de 14 años es la señal de una postura históricamente presente : cuando de combatir la inseguridad se trata, vale todo. Todo.
Nuevamente se vuelve fundamental re-pensar esto y reflexionar.


¿Estamos dispuestxs a pagar este precio?

Rodrigo Aycaguer*

*Militante del Proyecto Empatía

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